La Disciplina Positiva es una filosofía que ayuda al desarrollo sano del niño.

Es una forma de vida que aprovecha las actitudes positivas del niño para acompañarle en su etapas evolutivas y así conseguir un tipo de educación más funcional en positivo para el desarrollo sano del niño. Hay muchas estrategias y herramientas que se ofrecen y a día de hoy hay tantas cuentas en las redes sociales que ofrecen mucha información al respecto, sin tener que recurrir a libros o cursos.

¿Por qué entonces, no nos sentimos coherentes en nuestras actuaciones, si tanto controlamos la parte teórica?

¿Por qué sentimos tanta inseguridad cuando vamos a poner en práctica algo que tan claro deberíamos de tener en nuestra cabeza?

La Disciplina Positiva aplicada en la educación académica y por profesionales de la infancia, tiene muchos efectos positivos para el niño y todo su entorno, porqué está aplicada por personas que tienen mucha información básica sobre el desarrollo emocional del niño. Si a eso le añadimos el entusiasmo por la profesión, ya tenemos un cocktail perfecto para poner los pilares de un cambio significativo a gran escala, fundamentado sobre el respeto por la infancia, que es la base de nuestra sociedad.

¿Significa eso que las familias o una persona que no tiene conocimientos profesionales, no puede ejercer la Disciplina Positiva?

No, por supuesto que no, pero a día de hoy se ofrecen recursos, cursos, libros para todos los públicos, sin tener en cuenta aspectos anteriores a este paso, que son fundamentales, bajo mi punto de vista, para poder educar de forma consciente y realmente respetuosa. Desde la firmeza y el cariño, desde el respeto de los derechos asertivos, el respeto por el entorno y todo lo que implica la palabra respeto. Hay conceptos que los padres no pueden interiorizar sin conocimiento previo, lo que serían realmente las bases de la educación consciente, ya que ante todo, educamos con el ejemplo y hay cosas que deberían tener interiorizadas los adultos primero y poder así transmitirlas a los peques.

¿Qué implica eso bajo mi perspectiva?

Hay varios puntos a destacar y consecuencias a largo plazo, en las actuaciones parentales en las que se manifiesta una falta de seguridad en la crianza. Vamos a mirar algunos puntos.

La Disciplina Positiva nos ayuda a entender el que antes era definido como “mal comportamiento” del niño. La mayoría de los libros de Disciplina Positiva ponen en contexto este comportamiento, exponiendo su explicación (a veces demasiado reductiva-simplificada bajo mi sentir) y se exponen herramientas para gestionar situaciones diarias, que puedan presentarse. Pero no es posible aplicar un estilo de educación cariñoso y firme si no sabemos nociones básicas de las etapas del desarrollo emocional de la infancia. Sería como empezar a construir una casa por el tejado y evidentemente no es la mejor opción.

Otro punto es que, para poner en práctica estrategias de Disciplina Positiva, hay que trabajar la parte del autoconocimiento del adulto y este paso suele estar olvidado por muchas personas que transmiten conocimientos de disciplina positiva.

Es imposible aplicar la Disciplina Positiva sin tener consciencia de nuestra parte emocional y es imposible ser padres conscientes si no sabemos como ajustar las herramientas de disciplina positiva a las etapas de desarrollo emocional infantil.

Mas cosas. La incongruencia que se crea en la mayoría de las parejas por la separación emocional que generan dos estilos de crianza diferentes es un hecho en muchas familias y los conflictos en sí no son malos si se saben gestionar. Sin embargo no se suelen transmitir herramientas para poder gestionar esta parte que, a día de hoy es causa de muchos conflictos y hasta separaciones en padres que acaban haciendo un pulso de la educación de los niños.

Finalizando me gustaría acabar destacando como se transmite la información de la Disciplina Positiva en cursos y redes sociales, enseñando la parte más fácil-bonita (teórica) sin pero explicar de forma profundizada o apoyo practico, acerca de como hay que aplicar las parte más desagradables de la crianza que se presentan. Son los momentos en los que, las estrategias no dan sus frutos (momentos de mucha indefensión) y la figura adulta se queda desamparada sin saber muy bien que hacer por esta presión de que puede dañarse el niño emocionalmente (culpa y miedo hacia la maternidad) sabiendo que siempre hay una solución mas respetuosa para gestionarlo porqué así tiene que ser. Estas son situaciones de mucha presión, carga emocional y choques de coherencia, que deberían tener el mismo apoyo-atención que tiene, en un curso, aprender la teoría de la educación respetuosa. Los problemas mas comunes relacionados con esto son que no saldría rentable para quien lo imparte, sería mucho desgaste de tiempo, implicaría involucrarse y conocer a las familias en sus dinámicas y sería entrar en discusiones muchas veces conflictivas respeto a la idealización de la imagen de la Disciplina Positiva tal como es percibida en internet. De esta forma sigue la búsqueda de respuesta por parte del adulto, que ya tiene mucho desgaste en el día-día.

Mi opinión personal es que la disciplina positiva es una filosofía estupenda, que transmite mucho respeto, autonomía y acompañamiento a la infancia, pero me asustan mucho las emociones de inseguridad, desamparo, culpa, tristeza, miedo y rabia que se pueden presentar ante una incoherencia, entre lo que se quiere hacer y lo que se pone en práctica, emociones que no reciben apoyo suficiente. Todo esto es percibido por el niño, ya que detectan y en muchos casos, hacen suyas las emociones adultas, sin tener herramientas para interpretarlas y, aunque no hay estudios todavía sobre que implica todo esto en un desarrollo sano del niño, mi impresión es que el resultado puede conllevar también una mochila de heridas emocionales por ambas partes.

Lo ideal sería que, de la misma forma que se transmiten los principios de la Disciplina Positiva, se puedan empoderar a los padres en todos los aspectos anteriores, por parte de gente cualificada en disciplinas reconocidas y reguladas, que estudian el desarrollo del hombre, mas que profesionales solo de Disciplina Positiva. El apoyo a nivel global y personalizado por parte de profesionales como educadores y psicólogos actualizados debería de implicar un seguimiento que permita crear un red de apoyo segura que ayude a los padres a aprender a gestionar la información que se les transmite y que sea lo más completa posible, sin dejar aspectos importantes descubiertos.

Bajo mi forma de verlo es impensable que una persona sin trabajo personal previo, sin información completa y sin ejemplos prácticos acerca de cómo actuar en situaciones complicadas, pueda aplicar una educación consciente, respetuosa y sana para el desarrollo de sus hijos.

Es impensable que los padres entrenen la Disciplina Positiva con ensayo-error sobre sus hijos, para que los adultos adquieran la experiencia-seguridad que necesitan, que en muchos casos nunca llega por lo comentado anteriormente, ya que esto solo se consigue con el tiempo y a cuesta de la salud emocional del niño y su familia. Los padres que quieren cambiar enfoque educacional, que no tienen experiencias anteriores de referencia, que no tienen en muchos casos apoyo alrededor en este aspecto y que son encima sujetos a juicios ajenos, necesitan una buena red de apoyo que pueda contener todo los aspectos mas desagradables que esto produce. Todo esto no debería de ser gestionado en la relación figura de apego-hijo/a, ya que el resultado podría ser de indefensión-culpa en las figuras de referencia y desorientación en la seguridad de los niños. Lo que yo percibo es que se han saltado varios escalones del proceso y pasar de una crianza tradicional a la disciplina positiva es un objetivo erróneo, ya que lo primero debería ser el autoconocimiento y la psicoeducación emocional de la infancia.

No se trata de hacerlo perfecto, se trata de que cada parte de la relación pueda recibir lo que necesita para poder desarrollarse y orientarse en el momento de vida que le corresponde.