Imaginaros de repente ir a un sitio que os resulta familiar y todo el mundo tiene otra cara, hay colores vividos y muy fuertes, gente que se mueve de un sitio a otro con mucha energía, en algunos casos música etc…
¿Cómo te sentirías?
A más de uno le gustaría esta situación, otros se sentirían indiferentes… pero hay un porcentaje de vosotr@s que, seguro que lo pasaría mal, con malestar o incomodidad o hasta miedo.
Imaginaros ahora que el protagonista de esta situación es vuestro hijo. Por mucho que se lo expliques de que es carnaval, no tiene interiorizado lo que es por no tener mucha experiencia de este día. Al ser un niño si acaba en el porcentaje de los que acaban con malestar, lo pasaría peor aún y si fuera miedo sin posibilidad de salir de esta situación, hasta se podría hablar de un pequeño trauma.
Hay una creencia popular que sostiene que como el carnaval es algo divertido ,todo el mundo se tiene que divertir.
Deja que te diga que, en la vida real de todos los días, ¡no es así! Hay niños a los que les impresionan mucho las caras, hay niños a los que la sobreestimulación les asusta, hay niños a los que el carnaval no les gusta, de la misma forma que hay adultos que no aprecian fiestas de este tipo.
También en la creencia de este día como algo divertido para los niños, se mezcla el hecho de que los niños disfrutan jugando a disfrazarse, entonces les tiene que gustar el carnaval.
Deja que te diga otra cosa…¡tampoco! Los principios que sigue un tipo de juego como disfrazarse y la fiesta de carnaval son completamente diferentes. A los niños les gusta disfrazarse a su manera y cuando les apetece, el carnaval es un día especifico en el que se les impone disfrazarse. ¿A que a tú también disfrutas más cuando haces algo que has decidido tú, en comparación a cuando te lo imponen desde fuera (que puede llegar hasta resultarte desagradable)? Además los niños juegan a disfrazarse para enseñar partes de su ser interior que si no les costaría sacar y de esta forma sale sin peligro a juicios externos, el carnaval no se rige por el mismo principio ya que no es algo que sale del niño, si no del entorno.
Hay también quien piensa que como es un día especial y diferente les va a gustar.
Siento decirte que los niños suelen buscar rutina/estructura en el día, porqué es como mejor se orientan y como más seguridad perciben. Hay niños con un rasgo muy acentuado hacia fuera y que les gusta la novedad pero hay niños que tienen más necesidad de estructura entendida como previsibilidad y un día tan diferente probablemente no es un plan que les haga sentir bien. Pierden y tienen que renunciar esta seguridad (..y no, los niños no se tienen porqué acostumbrar a la fuerza a salir de su estructura, otra creencia popular sin fundamento).
«¿Que hago entonces?»
Lo ideal para que todos puedan disfrutar es que se respete al niño primero, independientemente del día que es. Si lo ideal de pasar un día así es que el niño tiene que disfrutar, exponerlo a la fuerza lo único que hará es que se sienta peor y no hay ninguna necesidad que un niño pase por este mal rato por un evento cultural.
Hay que reconocer su derecho de no gustarle, acompaña el malestar con empatía y dale opciones para encontrar su camino de una forma coherente con su sentir.
- Si quiere, involúcralo en la preparación del día.
- Pregúntale si quiere disfrazarse o no y si es un sí, que elija su traje.
- Que se pinte si quiere y como quiere.
- Que decida como quiere vivirlo y sobre todo, si no quiere y hay mucho malestar, mejor que se quede en casa y otro año, cuando encuentre su forma de disfrutarlo, sea él/ella que decida exponerse y como.
El adulto en estas circunstancias tiene que tener un papel de observador imparcial, sin influir en el sentir del/de la niñ@.
¡¡¡RECUERDA!!!
- No estás fomentando ni manteniendo un miedo, estas acompañando el malestar y le demuestras lo que es el respeto por el otro.
- No le estás evitando un aprendizaje, le estás diciendo que puede elegir de una forma coherente con su sentir.
- No lo estás “transformando en un bicho raro”, no hay bichos raros, solo diferentes formas de vivir la vida y le estás enseñando que, aunque todo el entorno decida vivir de una forma una situación, no tiene porqué dejarse guiar por el criterio de terceros.
Esto también es acompañar hacia la autonomía y evolucionar el proceso de sano de dependencia del ser humano.
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