Volver a encontrarnos después del cole: cómo fomentar la comunicación en casa

por | Abr 9, 2025 | Escuela

Después del cole, muchas veces llegamos a casa con el cuerpo corriendo y el alma todavía en pausa. L@s peques necesitan soltar lo que han vivido, aunque no siempre tengan las palabras. Y nosotras, las adultas, solemos tener el deseo (y la urgencia) de saber cómo ha ido el día. Pero muchas veces… no cuaja. El «¿qué tal el cole?» se responde con un «bien», y la conversación muere ahí.

🌿 ¿Por qué cuesta tanto hablar después del cole?

La mayoría de l@s niñ@s no están listos para hablar apenas cruzan la puerta. El sistema nervioso todavía está en modo “supervivencia” o “piloto automático”, especialmente si el día ha sido intenso, si ha habido algún conflicto, o simplemente si han estado muchas horas sosteniendo normas, estímulos, exigencias.

Además, cuando preguntamos de forma directa, sin darnos cuenta podemos ponerles en un lugar de presión: “deberías contarme algo”, “tienes que saber explicarlo”, “deberías querer compartirlo ya”. Pero la emoción necesita espacio, y la palabra necesita tiempo.

💡 Pequeñas claves para abrir la puerta a la comunicación (sin forzarla):

  1. Crea un ritual de bienvenida
    No hace falta que sea algo grande. Un abrazo, una frase repetida (“¡Hola mi amor, qué alegría verte!”), o simplemente estar presentes unos segundos sin hablar. La conexión corporal abre la emocional.
  2. Evita las preguntas de entrevista
    En lugar de “¿qué tal el cole?”, prueba con:
    • “¿Qué fue lo más raro/divertido hoy?”
    • “¿Cómo estaba tu corazón cuando saliste del cole?”
    • “¿Qué olor o sabor te acuerdas de hoy?” Estas preguntas abren caminos diferentes, más creativos, menos presionantes.
  3. No hables del cole al instante
    A veces, hablar mientras meriendan, o incluso en la cena o el baño, puede ser más eficaz. También contar algo tú de tu día puede animarles a compartir desde el espejo de la intimidad.
  4. Valida sin interrogar
    Cuando te cuenten algo, incluso si es difícil, evita entrar en modo solución o juicio. Escucha, acoge, y si puedes, nombra: “eso debió ser muy confuso”, “te noto triste cuando me lo cuentas”.
  5. Permite que no hablen
    El silencio también comunica. Y cuando respetamos ese silencio, muchas veces se transforma en confianza.

🌙 Y si no hablan… no estás fallando.

Esto no va de conseguir información, va de construir un vínculo donde hablar sea seguro. Si no hablan, observa, acompaña, y sobre todo, no te juzgues. A veces, el espacio que más cura no es el que se llena de palabras, sino el que se llena de presencia.

✨ Este es un proceso. Si sientes que la comunicación en casa está tensa, que tu peque se encierra, o que tú misma estás agotada emocionalmente… hay caminos que se pueden explorar en terapia. Porque no estás sola, y esto también se puede acompañar.

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