Mi hijo tiene celos de su hermano…

Tengo gemelos o dos hijos de edades diferentes y llevan un periodo en el que uno de los dos tiene celos del hermano, se pelean mucho y el que tiene celos, pega muchas veces al otro.

Creo que esta situación, en algún momento de la historia familiar, se repite donde hay mas de un hijo. Mis hijos han manifestado muchas veces este sentimiento tan incomodo y eso es algo inevitable con la vida que llevamos y la falta de recursos sociales que tenemos a lo largo de la maternidad.

Te ofrezco una visión general de la información que necesitas saber, para poder actuar de la forma más consciente posible y que pueda ayudarte en hacer un relato mental, que recordarás siempre que pasen situaciones así.

La Disciplina Positiva en situaciones de carga emocional…

En estas situaciones resulta muy difícil aplicar la disciplina positiva, por la grande intensidad emocional que viven los padres en estos momentos.

Para poder empatizar y acompañar a nuestros hijos de forma constructiva en estas situaciones, hace falta entender realmente lo que está pasando, sin ninguna atribución adulta de los hechos, solo desde la perspectiva del niño.

La situación seguirá siendo desagradable, esto no lo va a curar nada de lo que yo te pueda decir y habrán veces en las que, las miles de explicaciones que tenemos en la cabeza, no nos servirán de mucho y actuaremos guiados por nuestro cerebro primitivo.

No se trata de hacerlo perfecto, si no lo mejor que podemos con los conocimientos que tenemos.

¿Cómo piensan los niños?

Para entender los celos hay que entender la conducta de los niños como algo evolutivo. Los niños poseen un instinto innato que es de todos los seres humanos: aprender a base de intentar alcanzar un objetivo. El problema es que muchas veces este objetivo es erróneo.

Los niños son buenos observadores, pero tienen mucha limitación a la hora de interpretar, sin contar la limitación que tienen por falta de experiencias por su joven edad. 

Yo siempre me focalizo en la edad incluida entre los 0 y los 3 años, pero en muchos casos, estas explicaciones son las mismas también para niños más mayores.

La importancia de ser tenido en cuenta para la supervivencia.

El objetivo primordial más básico y común a todas las personas de cualquier edad es la necesidad de ser tenido en cuenta y sentirse importante. Los adultos tienen estrategias muy elaboradas para intentar conseguirlo, adquiridas a lo largo de su vida, pero ¿qué pasa con los niños?

Ellos necesitan más aun cubrir esta necesidad para sentirse seguros y queridos. Acaban de descubrir el mundo y sentir cubierta esta necesidad, les dará seguridad a la hora de orientarse en él.

Los niños pequeños son egocéntricos por falta aún de un desarrollo de la empatía, son inmaduros por la falta de experiencias que van adquiriendo poco a poco, viven en el presente y no entienden de ayer y de mañana, por eso que se dice que los niños son emociones puras. Su instinto los guía. Al no saber identificar sus emociones y elaborar una conducta socialmente aceptada para cubrir necesidades, acaban actuando de forma instintiva, básica y apta para su edad.

La agresividad es algo intrínseco y sano en el ser humano.

La agresividad es algo intrínseco a nosotros, al ser humano, así que, como todas las emociones, es valida y adaptativa. Como tal hay que aceptarla y validarla y dejar que los niños la puedan sentir y vivir.

Esto no significa dejarlos pegar a su hermano o no hacer nada ante una conducta violenta. Lo que hay que canalizar es la conducta ofreciendo alternativas aceptadas socialmente para que él pueda descargar su energía impulsada por la emoción, pero sin hacerlo hacia una persona: “Tengo la impresión de que sientes rabia, ¿verdad? Entiendo que estes enfadado, es tú derecho…

• ¿Necesitas pegar algo? Puedes pegar el cojín o un muñeco.
• ¿Necesitas tirar patadas? Puedes hacerlo contra el suelo en una colchoneta o saltar.
• ¿Necesitas gritarle a tú hermano? Vamos delante de un espejo y gritamos todo lo que necesites.

Poneros en su lugar.

Estáis enfadados y con mucha necesidad de expresarlo. Llega alguien y os grita, amenaza o castiga por eso. Puede que dejáis de actuar así para un poquito, pero ¿que pasa con tú estado emocional? Estaremos de acuerdo en que esto no ayuda a evolucionar y a crecer.

Volviendo a los celos…

Los celos no son otra cosa que la expresión más pura de esta necesidad de sentirse importantes, queridos, aceptados tal como somos y digo somos porqué los adultos también experimentamos este estado.

La falta de atención por tener que compartir las figuras de apego en el cuidado del día día, la falta de una presencia adulta sin distracciones, la falta de un tiempo exclusivo para cada hijo de la familia, pueden crear una necesidad de reclamo de esta mirada que no encuentra el niño a lo largo de los días.

Entonces, como bien expresa la terapeuta Yvonne Laborda, los celos no son otra cosa que la falta de la figura de apego, necesitan sentirse importantes y queridos por ella. Si se puede llegar a entenderlo de esta forma, podemos ver el objetivo erróneo de nuestros hijos: quiero atención de mi madre entonces pego a mí hermano.

Que puede estar pasando…

En el caso de hermanos de edades diferentes pueden estar reclamando un espacio exclusivo, una mirada exclusiva, puede ser simplemente una fase en la que se están restableciendo los roles de cada uno en la familia. En el caso de los gemelos puede que falte esta exclusividad que tanto necesitan los niños, la falta del reconocimiento de su proceso de individualización que muchas veces se les impide vivir por tratar a todos por iguales.

Eso sí, cuidado en etiquetar todo con celos, las peleas entre hermanos son otra cosa bien distinta y pueden expresar otros tipos de necesidades según la situación. Ya hablaremos de eso en otro artículo pero por lo que concierne los celos, esta es una visión general de la explicación de esta conducta especifica. Está claro que cada familia es un mundo y cada niño también, pero en el fondo siempre está esta necesidad de sentirse importante.